Adaptándose al declive del terreno, la espalda norte de la construcción forma un muro de contención de tierras de hormigón, el cual es visible en el exterior, por los laterales y en el interior, donde se convierte en una apuesta decorativa fuerte, porque los materiales tienen que ser vistos.Apoyándose en este basamento pétreo, una estructura elástica de acero, aluminio y madera constituyen el volumen principal del edificio.
Tableros cerámicos de viroterm y lana de vidrio cierran y actúan en la separación y aislamiento.Incluido en programa el empleo de madera en parámetros interiores en relación a una búsqueda de ambiente particular, toda la arquitectura se obliga a respetar un conjunto elástico. De aquí la necesidad de emplear, como elementos del aparejo, el hierro y aluminio y como consecuencia el ofrecerse la posibilidad de aplicar elementos constructivistas a la obra. Entonces, la edificación inelástica, “pétrea”, sólo se mantiene en el basamento.
Las maderas que hacen suelos y techos se prolongan en los tabiques divisorios de la zona de recibo y en unas grandes puertas correderas que permiten unir todos los espacios, desde el comedor hasta el amplio vestíbulo, dando el contrapunto cálido a los hormigones de la espalda.
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