Construcción y objetivos:

     Es bien sabido que una de las obras más difíciles y arriesgadas para un arquitecto es la construcción de su propia casa. Así Francisco de Asis Cabrero se hizo dos, una al lado de la otra. Termina la primera en 1952 y comienza a construír la segunda en 1961. Y no es que la primera le dejase de gustar o se le hubiese quedado pequeña o grande, sino que más bien se debió a que quiso hacer una arquitectura distinta. Quería utilizar el hierro bien, mejor de lo que lo había hecho hasta entonces. El hierro, ese material caro que hasta entonces había sido prohibitivo, a comienzos de los sesenta se ofrecía a Cabrero como la respuesta perfecta a la cuestión del dintel que siempre le había obsesionado, hasta convertirse en uno de los “TEMAS” dominantes en su carrera. El objetivo de Asis Cabrero era construír casas como esos científicos que se administran una medicina nueva.
    
     Su segunda casa, la construída entre 1961 y 1962, se trata de una vivienda unifimaliar dispuesta a resolver los problemas que a él le atormentaban.
    
 Aquí contrasta la obligada amplitud de vida en comunidad que este caso implica, con la compartimentación que la zona de privacidad acusa. Este aspecto principal se distribuye en los dos cuerpos formando la L de planta alta, orientaciones mediodía y saliente-poniente la segunda. Se completa el programa con una planta inferior, en donde se aloja el estudio, brazo este-oeste, y los servicios y dependencias domésticas.

     La casa se dispone en la parcela definiéndola, colonizándola en toda su superficie. La vivienda en el centro, patios del estudio y la cocina a los lados y en la parte delantera un espacio que se convierte en patio abierto gracias a un espeso seto y una alberca que lo separan de la zona de movimiento de los coches. La planta de la vivienda es un clasico moderno, la "L". En un lado la zona de recibir, en el otro los numerosos dormitorios y en el encuentro la cocina. En un semisótano se dispone habitaciones de servicio y el estudio del arquitecto.
    La obra invita a significar el carácter neto de la unidad estructural elástica, apoyándola en un suelo seguido específicamente corporeizado.

     Ventanas volcadas hacia el jardín.







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